Este día celebramos los 105 años de independencia en esta nación nórdica que ha tenido una historia dura de vivir bajo otros regímenes, viviendo guerras, pasando hambre y pobreza, pero al mismo tiempo reconstruyéndose y reinventándose hasta llegar a ser el país que hoy en día da ejemplo al mundo que si se quiere, todo es posible.
En la actualidad Finlandia ha tenido muchos cambios que han revolucionado el panorama tecnológico y educativo, apoyando a muchos países en desarrollo en el mundo que sufren pobreza y desigualdad.
Un país que aboga por los derechos humanos universales liderados por un gobierno socialdemócrata que se preocupa por los más necesitados y el bienestar integral de su población. Aun así, un país que tiene desafíos, que tocan sus fronteras y dan preocupación de un futuro incierto donde se enfrenta a diferentes crisis sociales y económicas.
En las vitrinas mediáticas internacionales, Finlandia parece ser perfecto en cada aspecto. Sus estadísticas sobresalen entre los primeros lugares del mundo y dan otra vez ese orgullo que aquí se hace lo correcto, lo justo y lo mejor para todas las personas que viven en este país.
Pareciera ser que vivir en Finlandia seria como sacarse la lotería y hasta llega a ser el sueño de muchas personas que anhelan mudarse a este país. Sin embargo, no todo es felicidad como muchos se lo esperan. Hay muchas cosas escondidas que muchas personas experimentan al llevar una vida cotidiana que hacen sentir una complejidad comparada con sus países de origen.
Ser inmigrante, “mamu” en Finlandia, no es fácil. Una conocida hace años me dijo una vez, “Finlandia es número uno en comunicación, pero cero en inmigración”. El país ha tenido avances, pero todavía falta mucho por hacer.
En años recientes se habla de una “nueva Finlandia” y de los “nuevos finlandeses” siendo la generación de inmigrantes llegada en los años 2000, donde ya ha habido una mezcla entre finlandeses e inmigrantes extranjeros en diferentes sectores de la sociedad.
Una nueva Finlandia incluye refugiados, estudiantes, trabajadores, familias, niños, jóvenes, organizaciones, asociaciones, emprendedores, científicos, deportistas, artistas, políticos y actores sociales.
La nueva Finlandia nos da la oportunidad de ser parte de esta sociedad que está desarrollándose todo el tiempo. Una sociedad que ya empieza a ver con normalidad la multiculturalidad y el plurilingüismo de muchas familias que han dado la nueva generación de nuevos finlandeses al país.
Los hijos y las hijas que harán de este país una nueva Finlandia donde el color de piel, aspecto físico, religión u orientación sexual no determinará ser incluido, respetado y aceptado en todos los ambientes de la sociedad.
La independencia de Finlandia marca la importancia de unidad entre sus ciudadanos. ¿Tú, te sientes que eres parte de Finlandia?
Finlandia nos da oportunidad de reinventarnos y de tener nuevos comienzos. Nos enseña que la vida puede ser muy diferente en el otro lado del mundo.
Oportunidades de superación se encuentran, aunque parezca difícil, pero es posible. Un muro invisible de un idioma que parece imposible de aprender, es posible derribarlo y cruzarlo. Un frío y una oscuridad que parecen eternos, se logran resistir con ayuda de la sauna, nuevas amistades y familia.
A pesar de eso, recibimos mucho de Finlandia. Beneficios sociales, seguridad, educación, salud y calidad de vida, entre otras cosas.
La nueva Finlandia para mí sería donde no hay discriminación hacia ninguna persona por no hablar el idioma perfecto. Donde el liderazgo de diferentes sectores contara con diversidad de personas, y no solo se confía en el perfil de “kantasuomalainen”, el típico finlandés. Una nueva Finlandia que este libre de racismo.
Una nueva Finlandia donde las decisiones también son tomadas por los nuevos finlandeses de diferentes sectores sociales y no por un grupo de elite, ni oligárquico. Una nueva Finlandia con cultura de participación y dispuesta a transformar un rumbo inclusivo para todos y todas.
Una nueva Finlandia donde vivimos en paz y seguridad. Una nueva Finlandia donde sobresalgan más y más personalidades con diferentes raíces. Una nueva Finlandia donde nos sentimos orgullosos de hacer lo mejor que podemos para que el país siga progresando y sentirnos realmente felices.
Agradecido por todo lo que Finlandia me ha dado y pensando hacia donde vamos. Seguimos caminando…
¡Hyvää itsenäisyyspäivää, Suomi!
David Cáceres.
Trabajador del sector social, padre, inmigrante «mamu» y «uussuomalainen»