Las escuelas de Helsinki adoptarán una postura más estricta respecto al uso de teléfonos mobiles en las aulas.
Harri Korhonen, director de educación secundaria general, formación profesional y educación de adultos en la Ciudad de Helsinki, reveló al diario Helsingin Sanomat que se exigirá a las escuelas incluir en sus códigos de conducta la prohibición del uso disruptivo de teléfonos inteligentes. Además, se permitirá a los maestros confiscar los dispositivos de cualquier alumno que infrinja esta prohibición.
Esta nueva normativa se implementará en todas las escuelas primarias, centros de formación profesional y escuelas secundarias generales de la ciudad a partir del otoño. Cabe destacar que en algunas escuelas ya se aplica esta regla.
El cambio es el resultado de una iniciativa respaldada por 12 concejales de la ciudad, la cual fue aprobada por la División de Educación en mayo.
Korhonen también indicó al periódico que las escuelas tendrán la opción de implementar un sistema de depósitos para los teléfonos inteligentes. Aseguró que esta práctica se llevará a cabo en colaboración con los estudiantes y sus tutores, lo que significa que ningún alumno estará obligado a dejar su teléfono durante toda la clase.
En última instancia, el uso de dispositivos inteligentes en las escuelas está regulado por la ley de educación básica.
“La ley establece que no se pueden utilizar dispositivos que causen interrupciones en clase y que los maestros tienen la facultad de prohibir el uso de teléfonos móviles u otros dispositivos que interfieran con la enseñanza,” recordó.
El marco legal actual, agregó, proporciona a las escuelas las herramientas necesarias para abordar este problema.
Se espera que el Ministro de Educación, Anders Adlercreutz (SFP), presente un proyecto de ley para restringir el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas antes de fin de año. Sin embargo, aún no ha dado detalles sobre la naturaleza de estas restricciones.
“Es algo relacionado con el crecimiento y desarrollo de las personas, específicamente con la adolescencia. Los maestros enfrentan mayores desafíos en la enseñanza durante los últimos tres años de la educación básica,” comentó a Helsingin Sanomat.
Korhonen también subrayó que los enfoques variarán según la escuela: el uso de teléfonos inteligentes tiene sentido en las escuelas secundarias y centros de formación profesional, ya que algunos materiales de aprendizaje son digitales. Sin embargo, se ha encontrado que los teléfonos inteligentes son particularmente disruptivos en los últimos tres años de la educación primaria.