
Como una fuerza imparable, vestida de rojo, con su corona representativa del Candomblé y el sonido de los tambores de fondo, la cantante brasileña Majur comenzó su concierto.
“Agô”, la primera canción de su álbum debut Ojunifé, también fue la que abrió el show en el escenario del World Village Festival en Helsinki, el 26 de mayo de 2025.
Aunque el público sabía que los artistas invitados a este festival no eran los típicos de los escenarios finlandeses, el sonido tropical y la presencia envolvente y colorida de Majur contrastaban con el repentino clima gris. Todos estaban a la expectativa.
Majur se desenvolvió con gracia, y al terminar su primera canción se dirigió a sus espectadores para saludarlos. Este monólogo lo había practicado en inglés, ya que su natal portugués es ajeno para muchos de los asistentes. Pero a mitad del discurso, la figura poderosa e inamovible que acababa de cantar no pudo continuar hablando.
Por un momento, estaba tan conmovida por lo que vivía que no pudo más que sonreír y agradecer en silencio.
Más tarde, en una conversación entre español y portugués, confesó que desde niña se decía a sí misma que, al cumplir 30 años, estaría cantando por todo el mundo. Este año cumple 30, y en ese momento comprendió que, parada en ese escenario, sus más profundos anhelos comenzaban a materializarse.
“Cuando comenzó el show, olvidé mis palabras. No podía hablar. Me repetía: ‘Estoy aquí, en el primer show’. Había demasiada gente. Recordé cuando era niña y quería ser cantante. Era un sueño que quería demasiado… y se me realizó.”
Como la estrella que es, Majur sabe que en el escenario no hay espacio para el llanto. Así que, con el espíritu alegre que la caracteriza, se secó las lágrimas, agradeció en voz alta a los asistentes y continuó el espectáculo.

“Finlandia me conmovió, porque aquí mi arte habla por mí.”
Foto cortesía de: Tara Alleah Martin.
La presentación duró una hora y recorrió canciones de sus álbumes Gira Mundo y Ojunifé, ambos fuertemente influenciados por la religión del Candomblé. Al bajarse del escenario, agradeció a sus guías espirituales, siempre viaja con su figura protectora y les hace una ofrenda de whisky. Luego cambió su traje de concierto por un suéter lila, jeans y botas doradas, y se apresuró hacia la habitación de prensa en el histórico edificio Magito, destinado por los organizadores para entrevistas.
Fuera del escenario, Majur sigue siendo una figura imponente; como ella misma dice: una mujer grande, con una personalidad alegre y vibrante. Aunque acababa de cantar para no menos de mil personas, tiene los pies bien puestos en la tierra y una energía contagiosa. Solo pidió un gin, su bebida favorita, y entre risas y complicidad confesó que lo que más le gustó del festival fue que el público, quizás sin conocerla, la aceptó y disfrutó de su música.
“En Brasil me conocen por ser una figura relevante dentro de la comunidad. Aunque amo representar los derechos LGBTQ+, fue muy bonito llegar a un lugar donde te aprecian por tu valor artístico, sin mirar tu color o condición.”
La edición número 25 del World Village Festival tuvo como temática la paz, abordada desde múltiples perspectivas. En ese contexto, las canciones de Majur dos Santos Conceição , conocida simplemente como Majur, cobran especial relevancia. Ella es una artista trans reconocida en un país que, de acuerdo con estadísticas, tiene una de las tasas más altas de asesinatos de mujeres trans.
“Mi propia existencia ya es un trabajo. Aquí, en Finlandia, todo es sobre mi música. Yo nací para hacer música, yo nací para mi arte… y aquí lo aprecian, sin saber de mi historia.”

Majur transmite en lo que cree y la cultura que representa con sus canciones
Foto cortesía: Tara Alleah Martín.
“Yo nací en Salvador, Bahía, la ciudad con más personas de ascendencia negra fuera de África. Ahí llegaron los barcos negreros, porque fue la primera capital de Brasil. Nuestra cultura está profundamente arraigada a la cultura africana. En mi primer álbum, Ojunifé, quería cantarlo en yoruba, pero solo me dejaron incluir tres canciones. Como artista nueva, no tendría tanto impacto. En este nuevo álbum pude hacerlo completo en yoruba.”
El Candomblé es una religión de origen africano, practicada principalmente en Brasil y extendida a otros países de Sudamérica. Es una religión animista, que cree que todas las cosas tienen un espíritu, y rinde culto a los orixás, deidades guardianas de distintos aspectos de la vida natural, emocional y espiritual.
“En Brasil, las personas no respetan ni toleran religiones como el Candomblé. Tristemente, esta cultura permanece solo dentro de las casas de sus practicantes. No es algo que podamos exponer al mundo. Así que parte de mi trabajo ha sido llevar mi cultura al exterior, que la gente la conozca. En festivales como los de Londres me di cuenta de que fuera de Brasil están más abiertos a conocerla.”

«El momento más feliz de mi vida»
Foto cortesía: Tara Alleah Martin
Hasta ahora, la carrera de Majur ha acumulado hitos importantes. Fue la primera mujer trans en aparecer en la portada de Vogue Bride con el vestido de su boda, sobre la que comenta entre risas:
“Ya me divorcié, pero probé un punto. Quizás luego me vuelva a casar.”
Es reconocida en su país tanto por su música como por su sentido de la moda. Al preguntarle si cambiaría su vida con la de otro artista, menciona a Beyoncé, no solo por su arte, sino por el impacto político de su obra y la inclusión de la cultura vogue en el álbum Renaissance.
“Quiero estar en más portadas, pero no quiero que sea solo sobre mi vida. Quiero que sea sobre lo que hago, sobre logros. En mi país se le están quitando derechos a las personas trans y, aun así, estoy viajando por el mundo contando mi historia.”
Axé, que vayas con bien
Estuvo solo dos días en Finlandia, aprendió a decir «Moi» y «Kiitos», pero nos enseñó una importante palabra que usar diario: Axé.
En el idioma africano yoruba, “axé” significa “energía vital” o “fuerza espiritual”. Según Majur, en el dialecto de su entorno, esta palabra es usada como una forma de saludo o despedida que transmite buenos deseos, algo así como decir: “ve en paz”, “que estés con Dios”, “llévate esta buena energía”.
Majur termina sus conciertos agradeciendo con un “axé”, como un acto de compartir esa fuerza que lleva dentro, esa que la impulsa a cantar, a resistir y a inspirar. Para ella, el arte es un vehículo de sanación, de identidad y de lucha. Su música lleva axé, no solo como palabra, sino como esencia.
Esta entrevista fue realizada en español y portugués simultaneamente. Se tuvo ayuda de un traductor presente y AI fue usado en menor medida para la edición final.